Aceite de invierno

EL invierno de las plantas va terminando con los primeros brotes. Lo vamos contemplando en las de hoja caduca que durante estos meses permanecen o han permanecido dormidas.
También las plagas e insectos que afectan a estas especies de hoja caduca como los frutales se encuentran en fase invernante para resistir las desavenencias temporales propias del invierno.
En aras de eliminar estos insectos o ácaros resistentes que descansan plácidamente en nuestros árboles o arbustos, se puede proceder al tratamiento con aceites de invierno, cuya eficacia está más que comprobada para terminar con la vida de estos enemigos que esperan la llegada del buen tiempo para alimentarse de las plantas y sus frutos.
Como sustituto del aceite de invierno encontramos el aceite de parafina, un producto totalmente natural, ecológico e inofensivo cuya misión es la anteriormente relatada, sin afectar negativamente al medio ambiente.

Primeras flores

La explosión primaveral ya se presiente con las primeras floraciones. 
El almendro es uno de los símbolos del fin del letargo invernal. Sus flores blanco-rosadas le  engalanan de un vestido blanco, tal como una novia, mostrando desde lejos su elegancia excelsa.
Los campos castellanos siempre se han visto salpicados por almendros, dulces y agrios. Todo ello pese a las fuertes heladas tardías que muchos años provocan la perdida de la flor antes de comenzar su proceso de transformación en fruto tras la polinización.
La primera estación del ciclo natural, pide una preparación idónea del terreno, el desherbado, buen abonado y sobre todo mimo y cariño de las personas encargadas del cuidado de la naturaleza.

Bulbos de verano

El raso invierno ibérico no exime de las labores y acciones preparatorias, así una de ellas es la de plantación de bulbos de floración estival.
Hay tantas variedades y dentro de estas otros tantos colores que su atención superficial, sólo se presta a la mención de alguna de estas plantas tan vistosas en nuestros jardines estivales.
Gladiolos, dalias, agapantos, azucenas, begonias,.. entre otras, son las plantas que podemos plantar a partir de ahora en bulbo.

Conviene tener en cuenta que tardaran un tiempo en emerger y que han de ser enterradas en un terreno bien preparado a una profundidad de unas 2 o 3 veces su altura.
Posteriormente no conviene olvidar su emplazamiento y aplicar un buen abono para favorecer una vegetación frondosa y una floración abundante y colorida.

La pre primavera

En febrero comienzan los primeros síntomas de la primavera, con lo que el jardín ya va demandando nuestra intervención.
Las podas no pueden hacerse esperar más, tanto de frútale como rosales. Evitar los días de heladas para rematar las podas necesarias en las especies de hoja caduca.
 El abonado que dará alimento a la explosión primaveral conviene que se aporte ahora, para que la planta lo encuentre más cerca a la hora de digerirlo, más si cabe en sólidos de liberación lenta.
Es muy recomendable mantener limpio el jardín de malas hierbas que hayan podido surgir en este tiempo, y que harán competencia a las plantas que realmente deseamos.
Los días comienzan a ser más largos, y las yemas cada vez más hinchadas, se acercan las floraciones del almendro y el cerezo.
Conviene ir preparando los parterres para vivaces, flores de temporada, bulbos y de hortalizas para el huerto.
También aunque parezca increíble, va siendo hora de ir realizando algunas siembras.
Manos a la obra, el invierno se va despidiendo con los más esmerados preparativos para lucir un precioso jardín en Primavera.