El entrañable otoño

El otoño es una estación que bien aprovechada asegurará un exitoso jardín cuando tras el letargo invernal vuelva la vida de las plantas que estaban dormidas. 
     La belleza de la estación de los contrastes se puede convertir en una verdadera tortura para quienes no gustan de gozar del trabajo en el jardín. La incesante caída de las hojas es una de las mayores complicaciones a este respecto, si se toma por el lado de la laboriosidad. No obstante, las hojas que caen aportan belleza al paisaje y son un material muy provechoso si se recogen y guardan en un montón para que se descompongan y conviertan en humus. El jardín agradecerá ese aporte vegetal. 
     Es la estación del otoño, una época propicia para labrar los parterres, cuando la lluvia lo permita. También es época de recogida de muchas frutas y de plantación de bulbos y algunas siembras. Se concluye con el segado del césped y hay que tomar precauciones con plantas débiles que quizá necesiten estar protegidas para pasar el duro invierno. Todo ello haciéndolo desde el amor a la naturaleza y el aprecio a la jardinería, más que en una tarea incómoda, se convierte en una especie de terapia que ayuda a evadirse del estresante trajín de la vida cotidiana.


La preprimavera

El invierno meteorológico está finalizando con los últimos días de febrero. Este año 2014 las lluvias han abundado y los esperados días de sol son muy bien venidos. 
Aunque las temperaturas aún no son altas en la Península Ibérica, la primavera ya está comenzando a manifestarse. Los brotes de los frutales están a punto de estallar, los rosales están echando sus primeras hojas, ya hay abejas y otros insectos como las mariquitas y en el campo se pueden ver las primeras flores.






El jardín como el lugar de máxima importancia para el individuo

Una reciente entrevista al poeta Antonio Colinas contenía una sugerente definición del jardín, que a continuación transcribo:

El jardín es un lugar de la máxima importancia para el individuo: un lugar que niega lo provisional de la Historia, las ideologías, las diferencias nacionales, la verdad de cada cual, para constituirse en espacio para la verdad de todos.
El jardín…es el lugar ameno. El jardín como espacio abierto para todos, pero también cerrado para muchos. Es esa representación de la naturaleza en la que el hombre ha intervenido para bien. El jardín es la naturaleza ordenada. Y ahí aparecen otros símbolos relacionados, como el muro o el laberinto. El jardín es la naturaleza en su plenitud, pero está cercado. Tiene muros. Hay una realidad, buena o mala, que está al otro lado. Es un lugar el que te extravías para bien.
Otro reflejo del jardín es el claustro, que es ese lugar cerrado donde predomina más la piedra que la vegetación. Pero ahí das vueltas y vueltas hacia ti mismo. También está la fuente, y está el rumor del agua, que es un componente muy unido al jardín